miércoles, 17 de julio de 2013

Pedacitos de Koimeterion III

Koimeterion

"La pronunciada nariz de Don Gregorio hacía difícil mirarle a los ojos sin prestar atención a semejante protuberancia. Su mirada era esquiva y paseaba de un lado a otro, incapaz de centrarse en un solo punto. Cuando hablaba, sus manos inquietas se perdían en incesantes aspavientos. El café nos hizo entrar en calor y el cura dejó su chaqueta en el respaldo de la silla. Toda su indumentaria era negra, lo cuál unido a sus facciones le hacía parecer un enorme cuervo. Yo estaba convencido de que la única razón de su visita era conocer a Mila. Si había alguien cotilla en Arbeyos, después de Eugenia –que sin duda era quien le había hablado de mi amiga– era él. Probablemente conocía cada secreto de los habitantes del pueblo y sus alrededores, gracias al gusto de estos por el sacramento de la confesión. La información es poder, así que el cura era alguien poderoso en la región. La presencia de una mujer en mi casa era un plato demasiado goloso como para dejarlo pasar".

Si quieres leer un capítulo completo de Koimeterion, pulsa aquí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario