Libertad

Dicen que el dinero no da la felicidad. Probablemente sea cierto, no hay fórmulas mágicas en esto de ser feliz. Y existen cosas mucho más importantes: ¿el amor? ¿la salud? Pero hay algo que el dinero (en cantidades ingentes, eso sí) puede dar, que es la libertad.

Libertad para viajar, para no atarse a un trabajo de mierda durante el resto de nuestras vidas, para hacer cosas para las que de otra forma nunca tendremos tiempo o fuerzas, para vivir donde queramos, como queramos, sin explicaciones, sin pensarlo dos veces. Es así de triste. Ayer vi la película "Un invierno en la playa" (recomendable, pero tampoco para tirar cohetes), y una de las protagonistas decía algo sobre lo que pienso mucho últimamente: venía a ser aquello del carpe diem. Hay que vivir disfrutando el presente. Y es que puedes matarte mañana mismo y no haber hecho aquello que realmente te apetecía; no haber escrito esa novela; no haber intentado vivir la vida a tu manera.
En Koimeterion, Iván también busca la libertad al mudarse a Arbeyos. En su caso es para estar solo, para volver a pintar y olvidar las miserias de su vida en Madrid. A veces también me gustaría marcharme a un lugar recóndito y recuperar las ganas de seguir escribiendo. Pero para eso necesitaría ser libre.