jueves, 22 de agosto de 2013

Los que estamos muertos

Sobrevivir a la muerte no es un tema de ciencia-ficción. Muchos de nosotros ya estamos muertos. No nos hemos dado cuenta o no hemos querido verlo, pero perdimos la vida tiempo atrás. Yo recuerdo con nitidez el día que me ocurrió. La agonía fue lenta, no sabría decir cuánto duró. Años quizá. Pero un último golpe puso el punto final. 

Desde entonces nada ha cambiado; me levanto cada día y cada día es igual al anterior; vivo una vida que no es la mía, es de otro, no sé de quién. Y como yo, otros muchos sacrifican el color por vivir días grises, sin esperanza y sin motivos para seguir luchando. Los que estamos muertos, deambulamos por el mundo sin un rumbo establecido, arrastrando los pies. Te das por vencido y sólo cabe esperar un halo de luz; un golpe de suerte; aquello que casi por azar te haga recobrar esa vida que perdiste, o al menos la ilusión por recuperarla, que aún yace bajo tierra con cada uno de tus sueños.

De la misma forma que marqué en el calendario el día de mi muerte, he fijado el de mi resurrección. Terminarán los días grises. Se levantarán los sueños de sus tumbas. Y de nuevo viviré.


No hay comentarios:

Publicar un comentario